Uno de los inconvenientes de los recubrimientos depositados electrolíticamente, es la posibilidad de hidrogenación.
En algunas de las fases del proceso de aplicación del recubrimiento, como puede ser el decapado o la propia fase de deposición, se produce, como reacción auxiliar, la formación de hidrógeno sobre la superficie metálica a recubrir.
Este hidrógeno, en forma monoatómica, puede difundir dentro de la estructura del metal produciendo fragilidad en la misma.
Este hidrógeno monoatómico difundido en la estructura del metal a recubrir, hay que extraerlo, mediante tratamientos térmicos, antes de que pase a hidrógeno diatómico, momento en el que ya no es posible su extracción por los métodos de deshidrogenación convencionales.
El Zinc-níquel, debido a las propiedades de la capa depositada y a las características de deposición de esa capa, presenta mucha menos tendencia a la hidrogenación que los demás recubrimientos de Zn y otras aleaciones.
i) Propiedades de la capa depositada:
La capa depositada de zinc es poco porosa impidiendo que el hidrógeno, que haya podido difundir en la estructura del metal a recubrir, sea expulsado si no es mediante tratamientos térmicos. Por el contrario, la capa de zinc-níquel es mucho más porosa y permite que el posible hidrógeno difundido pueda ir evacuándose antes de pasar a forma diatómica.
ii) Características de la deposición:
En los primeros momentos de la fase de deposición del recubrimiento de zinc-níquel, se genera una pequeña capa de níquel sobre la superficie del metal a recubrir. Este níquel actúa de catalizador en la reacción de paso de hidrógeno monoatómico a diatómico, con lo que, de esta forma, no difunde dentro de la estructura del metal base.